Convocatoria V Congreso ALICE
¿Está la política escuchando?
Un nuevo paradigma, una nueva época. ¿Nuevas prácticas?
La representación política ha mutado. Los partidos políticos representan menos de lo que representaban. Los gobiernos son una parte del poder, pero ya no la concentración de todo el poder. La promesa electoral ya no es una condición para ganar elecciones. La rendición de cuentas se ha transformado y la ciudadanía no espera a las elecciones para manifestar su apoyo o su descontento con su voto.
Nuevas formas de acciones políticas se presentan, la calle no pierde su vigencia, pero las redes han expandido la visibilidad de esas acciones. Los gobernantes -ellos más que las instituciones en una política híper-personalizada- se ven expuestos a una presión en formato 24/7. Las demandas ciudadanas estructurales cambian de orden o prioridad en la opinión pública, pero siguen siendo son las mismas que hace décadas, a las que se agregan los avances de nuevas concientizaciones sociales y menor nivel de tolerancia a ciertas prácticas.
Y para la articulación de un nuevo vínculo entre la política y la ciudadanía, aparece la “escucha”. Los candidatos se ofrecen como campeones de la “escucha”. Se ubican y se autodefinen como pueblo o como defensores del pueblo porque escuchan lo que la gente dice.
La escucha viene a legitimar la toma de decisiones y sus acciones. Legitima las campañas y aparecen prácticas que intentan generar conversaciones y tornarlas participativas. Los votantes, siempre, ser quieren escuchados.
Pero la escucha legitima incluso más el ejercicio gubernamental. En el nombre del pueblo se decide.
Mientras, actores sociales organizados reclaman un gobierno abierto. Grupos clásicos de presión reclaman ser escuchados en sus intereses. Se organizan articulaciones de colectivos sociales y movimientos con la voz suficiente para romper la invisibilidad temática. Vale decir, para ser escuchados.
Cada día aumenta a niveles exponenciales el flujo conversacional en las redes. Y aumenta con ella la analítica de redes. Aumentan las opciones metodológicas para entender a la opinión pública. Y con ello aumentan las prácticas de comunicación directa para que la sensación de haber escuchado tenga, como respuesta desde la política, mayor inmediatez y menos intermediaciones.
Y los medios convencionales quedan en el medio de esta tensión. Algunos promoviendo, crítica y expansivamente, las demandas que no son escuchadas. Otros propalando, con afinidad a algunos actores políticos, las respuestas obtenidas desde esa escucha. Y son parte también de la tensión, ya no como objeto, sino también como sujetos de la política.
Tanto diálogo social, tanto micro-debate agobia la política. Justo en un momento en donde la capacidad de respuesta de la política también agobia a la ciudadanía por la falta de efectividad. Y todos piden ser escuchados. La política, los medios y la ciudadanía pujan, en todo momento, por ser los más escuchados. Es la puja por la agenda, pero por la agenda de la representación y de la popularidad.
Más o menos, todos han empezado a escuchar. Las relaciones empezaron a cambiar y también las prácticas desde la comunicación política. Es hora de estudiarlas.
Convoca Dr. Ismael Crespo, presidente de ALICE.
Fechas: 28 – 30 Julio en la Universidad Austral.