Electorado

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Parte de la ciudadanía que puede ejercer el derecho de sufragio activo o derecho de voto en un proceso electoral dado, es decir, que goza de la potestad de participar en la elección de sus representantes o líderes.

Así, el término electorado puede tener diferentes acepciones derivadas de su uso como construcción politológica. En primer lugar, puede hacer referencia al grupo de individuos con derecho a voto en una elección. También, responder al conjunto de individuos que han votado o se espera que voten en una elección y que en este caso se corresponde con los votantes. Por último, el término puede hacer referencia a los electores de un área geográfica, distrito o circunscripción electoral determinada. En el análisis de encuestas preelectorales aquellos ciudadanos que están registrados para ejercer su derecho de voto y que muy probablemente votarán en las elecciones, reciben el nombre de electorado probable. La importancia de este constructo radica en que determinarán el resultado de la elección por su comportamiento político y electoral. Es importante matizar que la tradición anglosajona diferencia entre el electorate que tiene el derecho de voto en unas elecciones, y el selectorate que selecciona los candidatos que van a concurrir en un proceso electoral. Éste puede estar compuesto desde una sola persona a un grupo más numeroso que puede llegar a ser el total del electorado (Rahat y Hazan, 2001)[1]. Por lo tanto, el electorado está constituido por dos grupos diferentes: el selectorate, que selecciona a los candidatos y el electorado propiamente dicho (Norris, 1997[2]; Gallagher y Marsh, 1998[3]).

Requisitos y registro en los sistemas democraticos

El conjunto de ciudadanos que conforma el electorado estaría determinado y constituido previamente al proceso electoral por el conjunto de individuos que cumplen con los requisitos que establece la normativa electoral a este respecto, y que forman parte del cuerpo electoral que queda recogido en el censo o padrón electoral. Este documento contiene los datos necesarios de los ciudadanos que tienen las condiciones legales para ejercer el derecho de voto.

Los requisitos para ser parte del cuerpo electoral varían en función del país y de las distintas legislaciones dando derecho al sufragio activo para elegir a los representantes en las diferentes instituciones políticas. Estas condiciones vienen determinadas por criterios como la posesión de la ciudadanía o nacionalidad, la residencia, o una edad mínima que ha ido descendido con el tiempo y que se ha hecho coincidir con la mayoría de edad legal. En algunos países este derecho de sufragio activo se adquiere a una edad más temprana. La plenitud de derechos civiles y políticos también se establece como requisito en algunas democracias. Aquellos ciudadanos incapacitados y sometidos a tutela por disminución mental o condenados por sentencia judicial firme que determine la exclusión del sistema electoral o defraudares de la Hacienda Pública también pueden ver limitado su derecho de sufragio activo. Un análisis histórico muestra la existencia de restricciones por razones de género, económicas o étnicas a la pertenencia al cuerpo electoral.

Las condiciones impuestas para ser elector, y formar parte del electorado, suelen ser las mismas que las requeridas para ser candidato a un cargo público (Katz, 1997)[4] aunque se pueden encontrar algunas limitaciones a esta afirmación derivadas de la nacionalidad. Por ejemplo, un ciudadano que haya adquirido la nacionalidad estadounidense puede participar como elector en las elecciones Presidenciales pero constitucionalmente no podría ser elegido para tal puesto. Otras limitaciones al sufragio pasivo la encontramos en las restricciones relativas a las edad, donde por ejemplo en Francia es necesario tener 23 años para ser parlamentario nacional o 30 años para el cargo de senador. En el caso de Italia es necesario tener los 25 o 40 años respectivamente para optar a dichos cargos.

Para la consideración de elector además del disfrute de estos requisitos es necesaria la inclusión en el registro del censo electoral cuya función no es otra que facilitar las operaciones electorales.

El registro obligatorio está basado en el principio de que ejercer este derecho de sufragio activo en una democracia no es solo un derecho sino una responsabilidad de los ciudadanos. El registro voluntario asume que votar es un derecho de los ciudadanos y que los electores escogen entre registrarse o no. La concreción, puesta al día, y la limpieza de este documento es utilizado como un indicador para medir la transparencia de un proceso electoral. La competencia para realizar el registro de votantes puede recaer en una autoridad dependiente de la administración general del Estado ya sea un ministerio o departamento gubernamental en el nivel nacional, en el regional o en la administración local. En la mayoría de los casos se aprecia que la competencia recae en un organismo electoral creado para la regulación de las elecciones.

Superados los requisitos legales establecidos el electorado expresa su decisión mediante la emisión de votos individuales, libres y secretos durante la Jornada electoral.

Electorado como votantes

La campaña electoral gira en la atracción y persuasión del electorado para hacerle elegir un candidato o partido político determinado. El análisis de las diferentes formas de poder clasificar, agregar o identificar a los electores se realiza a través de técnicas de segmentación. La profesionalización de la política ha llevado a una concepción segmentada del electorado en diferentes grupos o segmentos a los que se tiende a adecuar el mensaje político. Su estudio previo a la implantación de la campaña electoral es determinante para su éxito dada la heterogeneidad interna del electorado. En función de su predisposición a ejercer su derecho de sufragio activo se distinguen tres grupos dentro del electorado. Los que no votan que reciben el nombre de abstencionistas. Un segundo grupo que posiblemente ejerza su voluntad de votar pero no lo tiene claro y un tercer grupo que votará. Éste último responde al nombre de votantes, dentro de este grupo se encuentran tres subgrupos: nuestros votantes, los indecisos con su voto y los votantes de otros partidos o coaliciones y por tanto contrarios. La estrategia que seguirá el candidato o el partido político será diferente para cada uno de estos subgrupos de electores.

En el ámbito de la comunicación política es importante observar como el electorado puede ser influido por la actividad de los medios de comunicación de masas o por la publicidad política.

Véase también

Referencias

  1. Rahat, G. y Hazan, R. Y. (2001): "Candidate Selection Methods: An analytical Framework". Party Politics, 7, 297-322.
  2. Norris, P. (Ed.) (1997): Passages to power. Legislative recruitment in advanced democracies. Cambridge: Cambridge University Press.
  3. Gallagher, M. y Marsh, M. (Eds.) (1988): Candidate Selection in Comparative Perspective: the secret garden of politics. Londres: Sage.
  4. Katz, R. S. (1997): Democracy and Elections. Nueva York y Oxford: Oxford University Press.


Autor de esta voz

Francisco Javier Alarcón González